SINOPSIS: Vicisitudes y andanzas de una alocada jovenzuela, vendedora de helados y bollos en la estación de ferrocarril de Civitavecchia, en busca del príncipe azul. En un tono más ligero y falto de pretensiones que el de alguno de sus films más reconocidos (La notte brava, El bello Antonio, La viaccia,...) Mauro Bolognini participa con este film de la gloriosa tradición de la comedia popular italiana de posguerra, aunque, si bien reconocemos el bullicio callejero y el gracejo costumbrista de dicho cine, el resultado de esta cinta a mayor gloria de una voluptuosa y espléndida Marisa Allasio (compitiendo por el puesto de reina de las maggiorate con las Loren, Cardinale, Lollobrigida o Mangano) no alcanza ni mucho menos la calidad de las grandes gemas de dicha corriente. Las vicisitudes y andanzas de una alocada jovenzuela, vendedora de helados y bollos en la estación de ferrocarril de Civitavecchia, en busca del príncipe azul, son la (pobretona) base argumental de este film menor pero simpático, donde podremos gozar de la habitual chispa cómica y la imaginería habitual del género, además de disfrutar con el trabajo del nutrido grupo de secundarios hispano-italianos (entre los que destaca Paco Rabal), permanente alrededor de los golpes de cadera y movimientos de escote de la maravillosa protagonista.
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MARISA, LA COQUETA
Marisa la civetta
AÑO: 1957
DURACIÓN: 78 min.
PAÍS: Italia
DIRECTOR: Mauro Bolognini
GUIÓN: Mauro Bolognini, Tatina Demby, Pier Paolo Pasolini
MÚSICA: Carlo Rustichelli
FOTOGRAFÍA: Carlo Carlini (B&W)
REPARTO: Marisa Allasio, Renato Salvatori, Francisco Rabal, Angel Aranda, Maria Cuadra, Giancarlo Zarfati, Ettore Manni, Luz Márquez, Ennio Girolami, Polidor, Gina Amendola
GÉNERO: Comedia. Romance
SINOPSIS: Vicisitudes y andanzas de una alocada jovenzuela, vendedora de helados y bollos en la estación de ferrocarril de Civitavecchia, en busca del príncipe azul.
En un tono más ligero y falto de pretensiones que el de alguno de sus films más reconocidos (La notte brava, El bello Antonio, La viaccia,...) Mauro Bolognini participa con este film de la gloriosa tradición de la comedia popular italiana de posguerra, aunque, si bien reconocemos el bullicio callejero y el gracejo costumbrista de dicho cine, el resultado de esta cinta a mayor gloria de una voluptuosa y espléndida Marisa Allasio (compitiendo por el puesto de reina de las maggiorate con las Loren, Cardinale, Lollobrigida o Mangano) no alcanza ni mucho menos la calidad de las grandes gemas de dicha corriente. Las vicisitudes y andanzas de una alocada jovenzuela, vendedora de helados y bollos en la estación de ferrocarril de Civitavecchia, en busca del príncipe azul, son la (pobretona) base argumental de este film menor pero simpático, donde podremos gozar de la habitual chispa cómica y la imaginería habitual del género, además de disfrutar con el trabajo del nutrido grupo de secundarios hispano-italianos (entre los que destaca Paco Rabal), permanente alrededor de los golpes de cadera y movimientos de escote de la maravillosa protagonista.
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